“Desde niña, el arte ha sido mi manera de entender el mundo. Hoy, lo uso para inspirar, sanar y transformar realidades.”

Mi camino artístico comenzó en la infancia, jugando con mi tío a los concursos de dibujo. Cada fin de semana esperaba con emoción el reto que él proponía. Más adelante, mi madre descubrió en mí un talento y me inscribió con la maestra Dolores Soyano.

Así empezó una trayectoria que, con el tiempo, se fue alineando con causas sociales y experiencias colectivas.

Ícono de flecha hacia abajo en color blanco sobre fondo amarillo con degradado.

El arte como puente de transformación

Mi arte nace de la energía del espacio, de lo que vibra en él. Pinto para transmitir paz, gratitud, amor.
Mi proceso es espontáneo y emocional, y mis obras se crean con técnicas mixtas: resina, mosaico, aerosol, lienzo. Como me gusta decir:

“La historia mediante el color. Porque todo color tiene algo que contar.”

A lo largo de los años, he aprendido que el arte puede ser un puente hacia el cambio.
Desde murales comunitarios hasta proyectos con miles de niños, cada obra ha tenido un propósito: despertar sentido, identidad y esperanza.

Tres personas pintando un mural en una pared azul. Una mujer de sombrero en una escalera pinta un ave en el mural, mientras dos hombres ayudan y observan.

Mis trazos viven en muros, plazas, corazones…

Mujer de cabello oscuro y ropa negra posando frente a un mural de mosaico colorido con el diseño de un árbol y mariposas, en un espacio interior.

En 1996 presenté mi primera exposición: Raíces, Arte de mi Tierra. Ese momento me abrió los ojos al poder del arte para conectar con nuestras raíces, despertar identidad y generar pertenencia.

A lo largo de los años, he tenido la oportunidad de colaborar con instituciones, comunidades y espacios públicos para llevar el arte a donde más se necesita. Desde murales como "Siempre hay una escalera", en la sede de FONACOT, hasta proyectos como el Museo Itinerante de la Cultura Mazahua y Otomí, hasta la intervención de dos comunidades en Quintana Roo y espacios públicos en Tlalnepantla. Cada intervención ha sido una forma de acercar el arte a la vida cotidiana y colectiva.

Estos proyectos han sido posibles gracias a la confianza de quienes creen, como yo, que el arte puede sanar, educar y fortalecer la identidad.

Reconocimientos

A lo largo de esta trayectoria, he tenido el honor de recibir reconocimientos como el otorgado por el Instituto Italiano Di Cultura, la Galería Samuel Menache, y el premio Italia Per L’Arte en Florencia.


Más que logros personales, los veo como impulso para seguir utilizando el arte como un puente que une y transforma.

Certificado de premio de arte otorgado a Teresita Mondragón Orozco en la Vetrina Internazionale degli Artisti Latino Americani en Florencia, diciembre 2000, con un símbolo indígena en color rojo.
Reconocimiento del Sindicato Nacional de Empleados del Instituto FONACOT, con un mensaje enmarcado en las banderas verde, blanca y roja, en honor a Carmen Teresa Mondragón Orozco, por 40 años de trabajo en el instituto, dedicado a servir a los trabajadores de México, en un contexto de trabajo y bienestar.
Reconocimiento entregado a Carmen Mondragón por el gobierno del estado de Quintana Roo, México, con fechas 2013-2022 y firma de Lic. Idania García Aguayo, con logotipo oficial y diseño cultural en la parte inferior.

¿Te interesa colaborar, exponer o crear algo juntos?